(…)
Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas;
Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar;
el tiempo ha sido mi Demócrito.
Esta penumbra es lenta y no duele;
fluye por un manso declive
y se parece a la eternidad.
Mis amigos no tienen cara,
las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años,
las esquinas pueden ser otras,
no hay letras en las páginas de los libros.
Todo esto debería atemorizarme,
pero es una dulzura, un regreso.
De las generaciones de los textos que hay en la tierra
sólo habré leído unos pocos,
los que sigo leyendo en la memoria,
leyendo y transformando.
Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,
convergen los caminos que me han traído
a mi secreto centro.
Esos caminos fueron ecos y pasos,
mujeres, hombres, agonías, resurrecciones,
días y noches,
entresueños y sueños,
cada ínfimo instante del ayer
y de los ayeres del mundo,
la firme espada del danés y la luna del persa,
los actos de los muertos,
el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas.
Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,
a mi álgebra y mi clave,
a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.
La movilidad física de grupos importantes de gente implica cierta cantidad de movilidad social y cultural, y una evolución correspondiente de las instituciones.
Turner, Edith y Victor. “El Centro está afuera: la meta del peregrino”, Historia de las religiones, 1973.
“Dichoso quien no tiene una patria; la contempla todavía en sus sueños”.
Hannah Arendt, 1946.
W. B. Volverá algún día el crepúsculo de la tarde, Desde las estrellas caerá noche. Yacerán nuestros miembros extendidos en las cercanías, en las lejanías. De las oscuridades suenan breves dulces melodías. Para perder la costumbre agucemos el oído, rompamos al fin las filas. Voces lejanas, cercana aflicción: aquellas voces de aquellos muertos, que enviamos por delante como heraldos para que nos guíen en el sueño.
Hannah Arendt, 1942.
…
W. B.
“Dusk will come again sometime.
Night will come down from the stars.
We will rest our outstretched arms
In the nearnesses, in the distances.
Out of the darkness sound softly
Small archaic melodies. Listening,
Let us wean ourselves away,
Let us at last break ranks.
Distant voices, sadnesses nearby.
Those are the voices and these the dead
Whom we have sent as messengers
Ahead, to lead us into slumber.”
The outermost, merely quite peripheral aspect of the ambiguity of the arcades is provided by their abundance of mirrors, which fabulously amplifies the spaces and makes orientation more difficult. Perhaps that isn’t saying much. Nevertheless: though it may have many aspects, indeed infinitely many, it remains-in the sense of mirror world-ambiguous, double-edged. It blinks, is always just this one-and never nothing-out of which another imnediately arises. The space that transforms itself does so iI, the bosom of nothingness. In its tarnished, dirtied mirrors, things exchange a Kaspar-Hauser-Look with the nothing: it is an utterly equivocal wink coming from nirvana. And here, again, we are brushed with icy breath by the dandyish name of Odilon Redon, who caught, like no one else, this look of things in the mirror of nothinguess, and who understood, like no one else, how to join with things in their collusion with nonbeing. The whispering of gazes fills the arcades. There is no thing here that does not, where one least expects it, open a fugitive eye, blinking it shut again; and should you look more closely, it is gone. To the whispering of these gazes, the space lends its echo: “Now, what;’ it blinks, “can possibly have come over me?” We stop short in some surprise. “What, indeed, can possibly have come over you?” Thus we gently bounce the question back to it.
“The Arcades of París”, p. 878.
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Un aspecto de la ambigüedad de los pasajes: su abundancia de espejos, que amplían el espacio como en un cuento de hadas, dificultando la orientación. Pues aunque este mundo de espejos pueda tener varios e incluso infinitos significados, sigue siendo ambiguo. Parpadea; es siempre este uno y jamás nada, de donde sale enseguida otro. El espacio, que se transforma, lo hace en el seno de la nada. En sus turbios y sucios espejos, las cosas intercambian una mirada-Kaspar Hauser con la nada. Hay por tanto un ambiguo pestañeo desde el nirvana. Y de nuevo nos roza con frío aliento el nombre del galante de Odilon Redon, que captó como nadie esta mirada de las cosas en el espejo de la nada, y como nadie supo mezclarse en el consentimiento de las cosas con el no ser. Un murmullo de miradas llena los pasajes. No hay allí cosa que no abra un pequeño ojo donde menos se espera, lo cierre parpadeando y, cuando miras de cerca, haya desaparecido. Al murmullo de estas miradas le presta el espacio su eco. ¿Qué puede -parpadea- haber pasado en mí? Quedamos perplejos. Sí, ¿qué puede haber pasado en ti? Y de este modo le devolvemos delicadamente la pregunta. •Flâneur.
Walter Benjamin, Libro de los Pasajes, (1940), pág. 556
Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente
no puede ya el halcón oír al halconero;
todo se desmorona; el centro cede;
la anarquía se abate sobre el mundo,
se suelta la marea de la sangre, y por doquier
se anega el ritual de la inocencia;
los mejores no tienen convicción, y los peores
rebosan de febril intensidad.
Una revelación se aproxima;
se aproxima el Segundo Advenimiento.
¡El Segundo Advenimiento! Lo digo,
y ya una vasta imagen del Spiritus Mundi
turba mi vista; allá en las arenas del desierto
una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre,
una mirada en blanco y despiadada como el sol,
mueve sus lentos muslos, y en rededor planean
sombras de airadas aves del desierto.
Cae la oscuridad de nuevo, mas ahora sé
que a veinte siglos de obstinado sueño
los meció una pesadilla en su cuna,
¿y qué escabrosa bestia, llegada al fin su hora,
se arrastra hasta Belén para nacer?
W. B. Yeats. Versión de Antonio Rivero Taravillo.
Turning and turning in the widening gyre
The falcon cannot hear the falconer; Things fall apart; the centre cannot hold;
Mere anarchy is loosed upon the world,
The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere
The ceremony of innocence is drowned;
The best lack all conviction, while the worst
Are full of passionate intensity.
Surely some revelation is at hand;
Surely the Second Coming is at hand.
The Second Coming! Hardly are those words out
When a vast image out of Spiritus Mundi
Troubles my sight: somewhere in sands of the desert
A shape with lion body and the head of a man,
A gaze blank and pitiless as the sun,
Is moving its slow thighs, while all about it
Reel shadows of the indignant desert birds.
The darkness drops again; but now I know
That twenty centuries of stony sleep
Were vexed to nightmare by a rocking cradle,
And what rough beast, its hour come round at last,
Slouches towards Bethlehem to be born?
Source: The Collected Poems of W. B. Yeats (1989)
“Este poema de William Butler Yeats se ha convertido en un clásico del pensamiento político. Fue escrito hacia 1919 y publicado en 1921. Los acontecimientos que lo inspiraron fueron la Revolución Rusa y el inicio de la guerra civil irlandesa (entre los partidarios del IRA y los independentistas moderados que aceptaron un acuerdo de paz con Inglaterra y la pérdida del Ulster).
El profesor Arthur Schlesinger, que fue uno de los asesores del círculo privado de John F. Kennedy, lo usó para un capítulo de su libro The Vital Center. Y, en los primeros tiempos de la invasión de Irak, un informe del Departamento de Estado iba encabezado con una cita de este poema: Todo se desmorona, el centro cede.” (Fuente)
Communitas strains toward universalism and openness; it must be distinguished, for example, in principle from Durkheim’s notion of “mechanical solidarity,” which is a bond between individuals who are collectively in opposition to another solidarity group.
Here communitas is asserted for the “part” at the expense of the “whole,” hence denies its own distinctive quality. In “solidarity,” unity depends on “in-group, out-group” oppositions, on the We-They contrast.
The historical fate of communitas seems to have been to pass from openness to closure, from “free” communitas to the solidarity given by bounded structure, from optation to obligation, from W. H. Auden’s “needless risk” to the “endless safety.”
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It is sadly likely that Malcolm X’s discovery through pilgrimage of what he calls the “true brotherhood of men of all colors and races,” in sharp contrast to his previous antiwhite stance and his announcement of this in the United States, led swiftly to his assassination by racist fanatics.
La communitas presiona hacia el universalismo y la apertura; debe ser distinguida teóricamente, por ejemplo, de la noción de Durkheim de la “solidaridad mecánica”, que es un vinculo entre individuos colectivamente en oposición a otro grupo de solidaridad.
Aquí, la communitas es reafirmada para la “parte” a expensas del “todo”, por lo tanto, niega su propia calidad distintiva. En la “solidaridad”, la unidad depende de oposiciones “dentro del grupo, fuera del grupo”, del contraste Ellos-Nosotros.
El destino historico de la communitas era, al parecer, pasar de la apertura al cierre, de la communitas “libre” a la solidaridad dada por la estructura atada, de la opción a la obligación, del “riesgo innecesario” de W. H. Auden a la “seguridad interminable”.
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Es tristemente probable que el descubrimiento de Malcolm X —a través del peregrinaje— de lo que él llama “verdadera fraternidad de hombres de todos los colores y razas” y que su anunciamiento de esto en los Estados Unidos, en contraste agudo con su previa posición antiblanca, haya provocado rápidamente su asesinato a manos de fanáticos racistas.
Turner, Edith y Victor. “El Centro está afuera: la meta del peregrino”, Historia de las religiones, 1973.
“You cannot use a brand new word in an old language because of the very obvious yet always mysterious fact that a word is not a single and separate entity, but part of other words. Indeed it is not a word until it is part of a sentence. Words belong to each other, although, of course, only a great poet knows that the word "incarnadine" belongs to "multitudinous seas.”
V. Woolf
Después de un parto prolongado, el cráneo del niño se presenta como un molde del estrecho inferior de la pelvis maternal.
S. Freud, «Un tipo particular de escogencia de objeto en el hombre» (1910), trad. D. Berger. J. La vida sexual. París, PUF, 1969 (ed. revisada y corregida, 1977), p. 50-51.
anamnesis material
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un lugar para perder el espacio
…
resuena siempre en futuro, un hueco sobre el alma.
¡Todo huye! Porosa es mi presencia
y la santa impaciencia también muere.
15-16
¡Rompa el cuerpo esa forma pensativa!
ebria en tu carne azul
17
Paul Valéry, El cementerio marino. Versión de A. Gutiérrez Hermosillo.
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que finge que es dolor
el dolor que realmente siente.
(Autopsicografía)
Comprendí que las cosas son reales y totalmente diferentes una de otra:
Lo comprendí con los ojos, jamás con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento hubiera sido encontrarlas
todas iguales.
(Si, después que yo muera…)
F. Pessoa, Tengo pena y no respondo. Antología poética.
Los pasajes, a veces en su totalidad, a veces sólo en ciertas partes, causan un efecto como de pasado hecho espacio.
1096
Espejos parisinos desde el bar hasta Versalles.
Odaliscas que yacen junto a tinteros, adoradoras que elevan ceniceros como platillos de ofrenda.
1095
El concepto de cultura como el más alto desarrollo de la fantasmagoria. (Figura de la apariencia histórica)
1021
Lo nuevo y siempre igual como las categorías de la apariencia histórica. ¿Qué ocurre con la eternidad?
La disolución de la apariencia histórica debe tener Iugar mediante el mismo movimiento con el que se construye la imagen dialéctica. Figuras de la apariencia histórica:
I
II Fantasmagoría
III Progreso
Viajo paro conocer mi geografía Nota de un loco. Marcel Réja, EI arte en los locos. París 1907. p. 131
El último viaje del flaneur: la muerte. Meta de este viaje: lo nuevo. (Lo nuevo y siempre igual…)
1018
Un tal Schmidt, fabricante de pianos de Estrasburgo, construyó la primera guillotina.
833
La calle que discurre entre casas. Trayectoria de un fantasma a través de los muros de las casas.
825
El ideal heroico de Baudelaire es andrógino.
814
Jesucristo, al no haber dado su código político, ha dejado su libro incompIeto. Honoré de Balzac. Le cure de village. Carta de Gerard o Grosseléte. ed Sied e XVII.
p. 183
Después del asesinato de Marat, se llamó a Montmartre Mont-Marat. 516
Ése es el anhelo: vivir en el ir y venir y no tener patria en el tiempo.
Rilke, Die fruben gedichte, Leipzig. 1922
The true has no windows. Nowhere does the true look out to the universe. And the interest in the panoramas is in seeing the true city. ‘‘The city in a bottle’’—the city indoors. What is found within the windowless house is the true. One such windowless house is the theater; hence the eternal pleasure it affords. Hence, also, the pleasure taken in those windowless rotundas, the panoramas. In the theater, after the beginning of the performance, the doors remain closed. Those passing through arcades are, in a certain sense, the inhabitants of a panorama. The windows of this house open out onto them. They can be seen out these windows but cannot themselves look in.
W. Benjamin, The Passagenwerk (Arcades Project, 1927–40), (AP, F°,24)
El concreto interés del panorama consiste en ver la auténtica ciudad, la ciudad en la casa. Lo que hay en la casa sin ventanas, eso mismo será lo verdadero. En lo que hace al pasaje, también es una casa sin ventanas. Las que se abren a él son como palcos desde los que es posible mirar hacia dentro, pero no lo es en cambio mirar hacia afuera. –Lo verdadero carece de ventanas y, por ello, no tiene ningún sitio donde mirar afuera, al universo–.
To pause therefore and seek the reasons of things is out of the question.
V. Woolf, Orlando, 1928.
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Everyone wants the man who is still searching to have already reached his conclusion. A thousand voices are already telling him what he has found, and yet he knows that he hasn’t found anything.
A. Camus, “Enigma”, Summer, 1954.
No sé lo que busco, lo nombro con prudencia, me desdigo, me repito, avanzo y retrocedo. Sin embargo, se me ordena dar los nombres, o el nombre, de una vez para siempre. Entonces me revuelvo, ¿acaso lo que se nombra no se ha perdido ya?
A. Camus, “Enigma”, El verano, 1954.
…
El reformador más sincero, que en un lenguaje desgastado recomienda la innovación, al asumir el aparato categorial prefabricado y la mala filosofía que se se esconde tras él refuerza el poder de la realidad existente que pretendía quebrar. La falsa claridad es sólo otra expresión del mito. Este ha sido siempre oscuro y evidente a la vez, y desde siempre se ha distinguido por su familiaridad y por eximirse del trabajo del concepto.
La dialéctica de la ilustración, pág. 54 CEME – Centro de Estudios Miguel Enríquez – Archivo Chile