Habitar la elipse VII

 

 

 

 

 

 

 

Caja-estuche de madera con apuntes, objetos y dossier del proyecto.
  • Dossier online:

 

  • Piezas audiovisuales compuestas por fotografías, videos y audios grabados durante el viaje (en el bus, en el metro de Madrid y en los lugares de “exploración”).
En “demolición de fábrica de vidrio”, el paisaje sonoro se conforma a través de sonido ambiente del lugar en cuestión y de un fragmento de audio de la película Medea (1969) de Pier Paolo Pasolini.
Un fragmento de La Strada (1954) de Federico Fellini también puede apreciarse en “la casa de la Toscana al final de un camino de cipreses”.

Todas las obras enmarcadas en el proyecto Habitar la elipse se distribuyen bajo una Licencia Creative Common Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

 

 

 en el corazón de la cotidianidad todo cambia 
 (enlace)

 

 

demolición de fábrica de vidrio 
 (enlace)

 

la casa del poeta está hecha de imágenes

 

Cosmo-Matta Clark

 

espacio disponible

 

el hombre es el ser entreabierto
 

 

la casa de la Toscana al final de un camino de cipreses
 

 

la noche no cae sobre el mar

(enlace)

 
La noche no cae sobre el mar. Por el contrario, sube desde el fondo de las aguas, que un sol ya ahogado ennegrece poco a poco con sus espesas cenizas, hacia el cielo todavía pálido. Durante un breve instante, Venus permanece solitaria por encima de las ondas negras. Y en un cerrar y abrir de ojos, las estrellas pululan en la noche líquida. 
Albert Camus, El Verano, capítulo El mar, aún más cerca: Diario de a bordo.

Habitar la elipse VI

 

 Flipbook con notas y apuntes tomados en el autobús
 
 

“El cronotopo (literalmente, tiempo espacio) es la conexión intrínseca de las relaciones temporales y espaciales que se expresa artísticamente en una novela. Este término, introducido como parte de la Teoría de la Relatividad de Einstein, se ha incorporado a la literatura y al análisis de textos. Expresa la inseparabilidad del tiempo y del espacio (el tiempo como cuarta dimensión del espacio) y constituye la columna vertebral de cualquier narración. El cronotopo es el lugar en que los nudos de la narración se atan y se desatan. Puede decirse sin ambages que a ellos pertenece el sentido que da forma a la narración. El tiempo se vuelve efectivamente palpable y visible; el cronotopo hace que los eventos narrativos se concreticen, los encarna, hace que la sangre corra por sus venas.”

“El concepto de cronotopo se puede extender más allá de la literatura, pues existen cronotopos de la vida real, es un elemento fundamental de la vida social. El presente, y sobre todo el pasado, son enriquecidos a expensas del futuro. El cronotopo puede representarse como un camino que integra perfectamente el tiempo y el espacio en una sola línea continua. El camino implica un recorrido, y ese recorrido es tan lineal como él mismo: se parte de un extremo del camino (el inicio) para llegar a otro (la
meta). La fuga al futuro.”
Traducción de Mijail Bajtin, “Forms of Time and of the Chronotope in the Novel. Notes towards a Historical Poetics”, en “The Dialogical Imagination. Four Essays by M. M. Bakhtin,” University of Texas Press, pp. 84-258 (1981). Traducción de Federico Navarrete Linares, “Diálogo con M. Bajtin sobre el cronotopo.”
Los kwakiutl creen que un poste de cobre atraviesa los tres niveles cósmicos (el Mundo
subterráneo, la Tierra y el Cielo): allí donde penetra en el Cielo se encuentra la «Puerta del Mundo de arriba». La imagen visible de este Pilar cósmico es, en el Cielo, la Vía Láctea. Pero esta obra de los dioses que es el Universo la recogen e imitan los hombres a su escala. El Axis mundi que se ve en el Cielo, bajo la forma de la Vía Láctea, se hace presente en la casa cultual bajo la forma de un poste sagrado. Es éste un tronco de cedro de diez a doce metros de longitud, más de cuya mitad sobresale de la casa cultual. El papel que desempeña en las ceremonias es capital: el de conferir una estructura cósmica a la casa. En los cánticos rituales se la llama «nuestro mundo» y los candidatos a la iniciación que habitan en ella, proclaman: «Estoy en el Centro del Mundo…, estoy junto al Pilar del Mundo, etc.»
(Eliade, Mircea. Lo sagrado y lo profano)

 

 

conclusiones 
¿Cuánto tiempo pasamos mirando sin ver?
A veces cerrando los ojos se ve mejor
Un parpadeo necesario para mirar, 
¿y para ver?
¿Cómo sacar conclusiones de un trabajo
inconcluso, inacabable? Escribir en el autobús en movimiento, capturando
pensamientos veloces, fugaces. Grabar, fotografiar, dibujar para congelar algo
que ya se ha ido. Memoria fragmentaria, (des)hecha, imaginada.
Abróchese el cinturón de seguridad
Fasten seat belt
Apertura de emergencia
Mudanzas portes
16:13
26 grados
STOP
90T2
Aprender a mirar para ver.
Sorprender(se con)
lo cotidiano.
Micropolítica, microfenomenología, microcosmos, microacción…
hacerse micro para aprehender
(nos).
Escapar de la rutina en la rutina. Huir hacia
adentro. 

 

Habitar la elipse V

 Secuencia de fotografías tomadas desde el autobús durante el viaje Guadalajara-Madrid

Viajar para conocer(nos) por fuera
de la estructura
andar mejor que caminar movimiento
inútil orbitar dejarse llevar abstracción interiorismo introspección fuera
dentro exclusión reclusión
el campo no existe movimiento inmóvil recuerdos
joven morena con pelo corto sentada
en el asiento del pasillo del bus lee un libro mientras deshace un regaliz rojo
en tiras siguiendo el patrón de los nervios a cada hebra hace varios nudos
hasta cuatro los muerde lee pasa de página vuelta a empezar
                                                                                                            imaginarse
montando a caballo a través de los campos                                                                                                            galopar
saltando los obstáculos París no nos pertenece la casa dela toscana al final de un camino de cipreses
Sorpresa y decepción de los viajes.
Ilusión de haber vencido la distancia, de haber borrado el tiempo. Estar lejos.
Ver aquello que siempre se soñó con
ver. Pero, ¿qué hemos soñado con ver?
O mejor, descubrir lo que no se había visto, lo que no se esperaba, lo que no se imaginaba. Pero cómo poner ejemplos: no es lo que se había venido enumerando a lo largo del tiempo dentro del
abanico de sorpresas o maravillas de este mundo; no es ni lo grandioso, ni lo impresionante; ni siquiera es lo extranjero forzosamente: al contrario, sería más bien lo familiar.
George Perec, Especies de Espacios.
Viaje,
conciencia de pertenencia a un todo más grande:
reforzada por la participación en los rituales y ceremonias comunes
juegos de rol que envuelven la personalidad en múltiples engaños, culpas y ansiedades
la perspectiva dramática de Erving Goffman
para abordar el estudio de la interacción social
el espacio sostiene y da forma a la
interacción social
el sentido del espacio es (re)creado por
las prácticas cotidianas que lo habitan
La vida cotidiana es un compartir el espacio y el tiempo
espacio,
se define
porque “mi zona de manipulación se intercepta con
la de otros” (Berger y Luckman, 2001, p. 41)
sé que comparto el espacio con otros
Si pudiéramos determinar la alteridad en función del contacto de unos
cuerpos con otros
los cuerpos toman conciencia a partir del cuerpo del otro.
la definición de interacción social que Erving Goffman (1997, p. 27) propone:
“la interacción cara a cara, puede ser definida, en términos generales, como la influencia recíproca de un individuo sobre las acciones de otro cuando se encuentran ambos en presencia física inmediata”
En tanto temporalidad, la vida cotidiana
nos persigue constantemente
Los no-lugares se caracterizan por el movimiento
El escenario del autobús representa un ejemplo prototípico de no-lugar y
del problema de la transitividad.
las personas–usuarios que los transitan no los habitan, y al no habitarlos,
no
los “simbolizan”. La inhabitabilidad les caracteriza.
Augé reconoce que, refiriéndose a los lugares y los no-lugares, “el primero
no queda nunca completamente borrado y el segundo no se cumple nunca
totalmente” (2008, p. 84)
construir el espacio, construir la historia del espacio, y por lo tanto, del lugar a partir del contexto en el que se está inmerso: la ciudad, espacio de espacios, lugar de anonimato
convertirse en lugar en el momento en que un acto con significado
acontezca para la persona que lo habita
cronotopos de Mijaíl Bajtín
El lugar “se cumple por
la palabra” (2008, p. 83).
El saludo toma el carácter de un ritual de puntuación, como lo definen Marc
y Piccard (1992), es decir, un ritual a partir del cual se anuncia la llegada
de un nuevo integrante al grupo. La llegada de un nuevo actor 
El sentido de lo sagrado en el peregrino no es privado; es una cuestión de
representaciones colectivas objetivadas que se convierten virtualmente en todo
su ambiente y le dan motivos poderosos para creer. No solo eso; la jornada del
peregrino también se convierte en un paradigma para otros tipos de
comportamiento: ético, político, etc.
Esperar subir saludar pagar buscar asiento (ventanilla mejor)
“desatención cortés”pedir la parada esperar bajar
Rituales de interacción social cotidiana como el concepto de “desatención
cortés” propuesto por Erving Goffman (1997)
Civil inattention is the process whereby strangers who are in close proximity demonstrate that they are aware of one another, without imposing on each other – a recognition of the claims of others to a public space, and of their own personal boundaries.
La desatención cortés/civil inattention es el elemento interactivo a
partir del cual la interacción social se estructura
Las peregrinaciones representan un símbolo amplificado del dilema de opción versus obligación, en medio de un orden social donde el estatus prevalece. De manera que cuando se empieza con obligación, la voluntariedad aparece; cuando se comienza con voluntariedad, la obligación
tiende a entrar en escena.
El destino histórico de la communitas era, al parecer, pasar de la apertura
al cierre, de la communitas “libre” a la solidaridad dada por la estructura
atada, de la opción a la obligación, del “riesgo innecesario” de W. H. Auden a
la “seguridad interminable”.
La desatención cortés se define como la manera en que los pasajeros tratan
de prestarse la menor atención posible entre ellos: es dar(se) espacio para realizar
el viaje sin sentirse observado, “es mirar sin ver”.
No se permite mirar a alguien por mucho tiempo, y cuando se hace, se corre
el riesgo de que esta acción se tome por agresión, por invasión de espacio, lo
cual también transgrede el orden de la interacción, puesto que desvirtúa el guión
La mirada inobservante
Atentar contra la desatención es transgredir la interacción social
La etapa liminal, cuando el sujeto está en separación espacial de lo familiar y lo habitual. La liminalidad representa una negación de muchos de los rasgos de las estructuras sociales preliminales y una afirmación de otro orden de cosas, y acentúa las relaciones genéricas más que las meramente particulares.
La movilidad física de grupos importantes de gente implica cierta cantidad de movilidad social y cultural, y una evolución correspondiente de las instituciones.
Ver el peregrinaje como esa forma de anti-estructura
(o tal vez metaestructura) institucionalizada o simbólica
lo individual —forzado a salir de lo previamente corporativo, en especial de las matrices basadas en el parentesco— se obsesiona con el problema de la salvación personal. La necesidad de escoger entre líneas de acción alternativas en un campo social cada vez más complejo, más el creciente peso, a medida que madura, de responsabilidad por sus propias
decisiones y sus resultados, prueban ser demasiado para que el individuo perdure por sí mismo, al tiempo que busca alguna fuente trascendental de apoyo y de legitimidad que lo libere de las ansiedades por su seguridad inmediata y destino final en tanto entidad cohibida. (Max Weber)
Hay ciertos momentos en los que está permitido observar a los pasajeros sin
que esto nos convierta en transgresores: el momento en que subimos al bus y el
momento en que bajamos. Cuando subimos necesitamos revisar si hay algún lugar
desocupado donde sentarnos. Aquí se abre el permiso para observar de paso quién
está en el bus; así, por ejemplo, es común que en este momento viejos conocidos
o amigos se reconozcan y saluden y entablen, probablemente, una charla.
Small talk: rellena los aparentes vacíos en la interacción.
Recurso reparador o parte de la estrategia
para mantener el orden de la interacción.
Es también, como puede verse, el momento oportuno de que los pasajeros que
ya están a bordo vean quién sube
La interacción social, ese intercambio de expresividades, de símbolos, de
miradas, de significados compartidos, de gesticulaciones sobreentendidas, de
signos, ocurre siempre en un marco determinado.
Habrá otros cuya presencia estructurará mi comportamiento de tal manera
que, más que comportamiento, será actuación:
el comportamiento relajado de los más expertos usuarios; la actuación perfecta del pasajero ideal 
La ruta misma se vuelve una jornada sagrada, a veces
mítica, hasta que casi cada monumento y, finalmente, cada paso es un símbolo
condensado y multivocal capaz de despertar afecto y deseo abundantes.
construcción
del espacio sagrado
La oportunidad de mirar al exterior del bus, a través de alguna ventanilla
La mirada distraída/descentrada
Los reducidos espacios del bus a veces no permiten que los pasajeros se ignoren
amablemente entre sí. Entonces desvían su atención escuchando música, cerrando
los ojos, mirando la pantalla del móvil o hacia un resquicio de ventanilla entre
las cabezas de los pasajeros.
En cada uno de los escenarios en los que desarrollamos nuestras actividades cotidianas, ponemos en marcha una serie de acciones dramáticas y escenificaciones que favorecen que
nuestro comportamiento con y ante los demás, y con nosotros mismos, sea coherente
con la representación que dramatizamos ante los otros
La persona, en cada escenario, en cada
actuación, en cada interacción presenta lo único que es: ella misma.
“¿Y quién más era yo?”
Peter Handke, Ensayo sobre el Lugar Silencioso.
La expresión «el lugar silencioso» se emplea en alemán
para designar, en un registro a la vez eufemístico e iróni-
co, el retrete.  (N. del T.)
Un estar infantil, creador, originario,
primitivo, animal, un buscar nuevos sentidos
identificándose con los otros, con ese ser los otros del niño
(“yo era todos” dice Handke sobre su infancia)
Poema a la duración:
“Hace tiempo que quiero escribir sobre la duración, pero no un ensayo, ni una escena, ni una historia: la duración insta a escribir un poema. Quiero preguntarme con un poema, recordar con un poema, afirmar y conservar con un poema lo que es la duración.”

Y al fin:feliz aquel que tiene sus lugares de duración;

ya no será, aunque se haya trasladado para siempre a un país extraño,

sin perspectivas de volver a su mundo,

nadie a quien han expulsado de su patria.

Recordamos la afirmación nietzscheana
“Sólo tienen valor los pensamientos caminados”
Sólo caminando por lo extraño
en el laberinto de la identidad y la memoria
donde se teje nuestro ser-ahí (dasein).
 “penetración poética de la realidad”
Separa el tiempo para habitar eternamente
un espacio, una imagen.
En eso consiste la primitividad esencial de la poesía
Insta al viajero a cerrar los ojos hasta
convertirse en un pensador de imágenes
 Imágenes
de los instantes propios de la duración (Dauer/durée)
del tiempo profundo
Poetizar como Habitar
 “entrar dentro de la estrechura y salir de
allí con la amplitud”
“curarse por medio del asombro”
Lo numinoso se singulariza como una cosa ganz andere, como algo radical y totalmente diferente: no se parece a nada humano ni cósmico; ante ello, el hombre experimenta el sentimiento de su nulidad, de «no ser más que una criatura», de no ser, para expresarse en las palabras de Abraham al dirigirse al Señor, más que «ceniza y polvo» (Génesis, XVIII, 27).
El pensar poético es un “comprender a los otros”
con imágenes, con reflejos, comprendiendo que “mi yo es siempre el tú”
y que el país que busca el poeta, el país del que siempre vuelve entusiasmado
(“los poetas vuelven siempre entusiasmados de un país extraño”) es la extrañeza
de lo otro que ha hecho suya y ha descubierto en el “tú esencial”
“sé otro”
“En el momento en el que yo medito sobre
mí mismo, el que anda, medito sobre la condición del estar-ahí
Handke cuando en medio de La Mancha anota:
“con el momento en el que mi vida se me aparece como una vida extraña,
con este momento adquiere ella su derecho”
el poeta esperando “pensar de nuevo una
palabra vieja”
decir cosas nuevas con palabras viejas,
utilizar “la fantasía como un rompehielos”
las
palabras
allí
donde no hay nada
 “Somos lo que no somos” dice Pessoa y  “lo
que no ha tenido lugar, todo lo que no ha ocurrido;
esto son las experiencias que yo he vivido” dice Handke.
Incluso la existencia más desacralizada sigue conservando
vestigios de una valoración religiosa del Mundo.
Subsisten
lugares privilegiados,
cualitativamente diferentes de los otros:
el paisaje natal, el paraje de los primeros amores, una calle o un rincón de la primera
ciudad extranjera visitada en la juventud. Todos estos lugares conservan, incluso para el hombre más declaradamente no-religioso, una cualidad excepcional, «única»: son los «lugares santos» de su Universo privado, tal como si este ser no-religioso hubiera tenido la revelación de otra realidad distinta de la que participa en su existencia cotidiana.
Ese descubrir las nuevas ciudades es la labor del poeta, un des-cubrir que es sobre
todo un acto religioso, de acercamiento a lo sagrado, pues es un re-nombrar, un
crear, un con-figurar lo próximo a través de lo lejano, lo mundano a través de
lo divino, lo vivido a través de la imagen: “pero nosotros insistiremos en
esto: en lo poético como la vereda que lleva a lo divino” / “mirando la lejanía
volví en mí” /
comportamiento «cripto-religioso» del hombre profano
Piensa con imágenes
 la casa del poeta está hecha de imágenes
El poeta olvida la rigidez de los
conceptos para salvarse y vivir en el umbral
(limen)
(“sigo sin saber qué es un pensamiento,
pero la imagen la conozco: en la imagen estoy
en casa”)
Territorio
habitado y espacio desconocido e indeterminado que circunda: el primero es el
«Mundo» (con mayor precisión: «nuestro mundo»), el Cosmos; el resto ya no es un
Cosmos, sino una especie de «otro mundo», un espacio extraño, caótico, poblado
de larvas, de demonios, de «extranjeros» (asimilados, por lo demás, a demonios
o a los fantasmas).
“huir de los otros”, pero a la vez estar
“en el centro del mundo”
la rigidez del concepto, el pensar estático
Para el hombre religioso el espacio no es homogéneo; presenta roturas, escisiones: hay porciones de espacio cualitativamente diferentes de las otras: «No te acerques aquí —dice el Señor a Moisés—, quítate el calzado de tus pies; pues el lugar donde te encuentras es una tierra santa» (Éxodo, III, 5). Hay, pues, un espacio sagrado y, por consiguiente, «fuerte», significativo, y hay otros espacios no consagrados y, por consiguiente, sin estructura ni consistencia; en una palabra: amorfos.
(Eliade, Mircea. Lo sagrado y lo profano)
Una religión de “espacios intermedios”,
cosas nimias que salen al paso,
casi siempre caminando a pie
en barrios periféricos
o no-lugares
“Las grandes ciudades ya no tienen ni
vientre ni regazo”
(Peter Handke)
Nada
puede comenzar, hacerse, sin una orientación previa, y toda orientación implica la
adquisición de un punto fijo. Por esta razón el hombre (religioso) se ha
esforzado por establecerse en el «Centro del Mundo».

 

Para vivir en el Mundo hay que fundarlo

Habitar la elipse IV

Desaparecer dentro de la elipse cerebral
INTERIOR
DEL AIRE
Pág. 98 Habitar el aire,
Juana J. Marín Saura

 

En 1602, Kepler creía que la órbita de Marte era ovalada, aunque más tarde descubrió que se trataba de una elipse con el Sol en un foco. De hecho, Kepler introdujo la palabra «focus»

 

Las geografías solemnes de los limites
humanos…

 

(PAUL ÉLUARD, Lesyeux fértiles, p. 42)

 

Porque estamos donde no estamos.
(PIERRE-JEAN JOUVE, Lyrique, p. 59)

 

Una de las máximas de educación práctica
que han dominado mi infancia:
no comas con la boca abierta.

 

(COLETTE, Prisons et paradis, p. 79)

 
 

La metafísica más profunda se ha enraizado así en una geometría implícita,
en una geometría que espacializa el pensamiento

 

Hablar de un “primer mito de lo de fuera y lo de dentro”. Hyppolite añade:
“Ustedes sienten qué alcance tiene ese mito de la formación de lo de fuera
y lo de dentro: es el de la alienación que se funda sobre esos dos términos. Lo
que se traduce en su oposición formal se convierte más allá en alienación de
hostilidad entre ambos”.

 
 

La palabra del alto alemán BUAN, significa
habitar en el sentido de permanecer y residir.
Bauen, construir,  como verbo es
habitar y este sentido lo hemos perdido. Cuando decimos vecino Nachbarn,
tomamos la palabra de Nachgebur, nachgebauer, quien habita en la proximidad.

 
 

La geometría no puede ser fría
Muchos metafísicos exigirían una cartografía.

 
 
 
 

Encerrado
en el ser, habrá siempre que salir de él. Apenas salido del ser habrá siempre
que volver a él. Así, en el ser, todo es circuito, todo es desvío, retorno,
discurso
Jean Tardieu escribe:
Pour avancer je tourne sur moi-meme

 
 

Cyclone par l’immobile habité.
[Para avanzar giro sobre mí mismo / Ciclón por lo inmóvil habitado.]
(JEAN TARDIEU, Les témoins invisibles, p. 36.)
Así el ser en espiral
Apenas se ha anticipado una expresión; el ser necesita otra,
el ser debe ser el ser de otra expresión.

 

La vista dice demasiadas cosas a la vez.
(La mirada del flaneur)

 

El objeto es sólo la huella de una práctica…

 

“Cuanto más olvidado de sí mismo está
el que escucha, tanto más profundamente
se impregna su memoria de lo oído”
W. Benjamin

 

El ser no se ve. Tal vez se escuche. El ser no se dibuja. No está bordeado por la nada. No estamos nunca seguros de encontrarlo o de volver a encontrarlo firme al acercarse a un centro de ser. Y si es el ser del hombre lo que se quiere determinar, ¿no se está nunca seguro de estar más cerca de sí “entrando” en sí mismo, yendo hacia el centro de la espiral? Con frecuencia es en el corazón del ser donde el ser es errabundo. A veces es fuera de sí donde el ser experimenta consistencias. A veces también está, podríamos decir, encerrado en el exterior. (Daremos después un texto poético donde la prisión se encuentra en el exterior.)
IX. LA DIALÉCTICA DE LO DE DENTRO Y DE LO DE FUERA, LA POÉTICA DEL ESPACIO, G.
BACHELARD

 

Casa de Manfred Gnädinger en Camelle, Galicia

 

La dialéctica de lo de fuera y de lo de dentro se apoya sobre un geometrismo
reforzado donde los límites son barreras. Es preciso que estemos libres respecto
a toda intuición definitiva

 

                                                               desentrañar
el sentido del ser a través del lenguaje

 

“Construir no es solo medio y camino para el habitar, el construir es en sí mismo ya el habitar” (Bauen 140, Heidegger p.128).
Bauen significa al mismo tiempo abrigar y cuidar

 

Lo de fuera y lo de dentro son, los dos, íntimos; están prontos a invertirse, a trocar su hostilidad.

 

En ese drama de la geometría íntima,
                                                                                                                                 ¿dónde hay que habitar?

 

construir y habitar eran
entendidos de la misma manera: Bauen, buan, bhu, beo viene de bin o soy: ich
bin, du bist, bis sei. Cuando digo ich bin o du bist es yo habito, tú habitas:
esto es, el hombre es en la medida que habita
Henri Lefebvre:
“Los días pasan uno tras otro y se asemejan, y aun así – aquí reside la contradicción
en el corazón de la cotidianeidad – todo cambia”.
La modernidad es lo
transitorio, lo fugaz, lo contingente…

 
 
 
What is it about walking, in particular, that makes it so amenable to thinking and writing? The answer begins with changes to our chemistry. When we go for a walk, the heart pumps faster, circulating more blood and oxygen not just to the muscles but to all the organs—including the brain. Many experiments have shown that after or during exercise, even very mild exertion, people perform better on tests of memory and attention. Walking on a regular basis also promotes new connections between brain cells, staves off the usual withering of brain tissue that comes with age, increases the volume of the hippocampus (a brain region crucial for memory), and elevates levels of molecules that both stimulate the
growth of new neurons and transmit messages between them.
 

Corcubión, Galicia

 
“Los espacios se abren por el hecho de que se los deja entrar en el habitar de los hombres.”

El espacio no es más que un “horrible
afuera-adentro”.
El hombre es el ser entreabierto
Y la pesadilla es simple porque es radical.
Intelectualizamos la experiencia
En ese espacio equívoco el espíritu ha perdido su patria geométrica y flota
Prolongando
lo exagerado se tiene en efecto alguna posibilidad de escapar a los hábitos de
la reducción.
Considerar
la relación entre hombre y espacio
 Finisterre, Galicia

 
Si hablamos de “hombre” y “espacio” no hay que entender que el hombre está de un lado y el
espacio en otro, “el espacio no es un enfrente del hombre”, no es un objeto
exterior ni una vivencia interior.” (p.137 s.151).
 
 
Señalar la oposición de la reducción reflexiva y de la imaginación

 
 
 

Después de una gran carrera sin fin por la pampa sudamericana, Jules Supervielle escribe:
 

“En razón misma de un exceso de caballo y de libertad, y de este horizonte inmutable, pese a nuestras desesperadas galopadas, la pampa tomaba para mí el aspecto de una cárcel más grande que las otras.”

 

Habitar,
del alemán Wohnen tiene enclavadas sus raíces en el sajón wuon, y el gótico wuniana, significan igual que bauen, permanecer y residir. Pero el gótico wunian dice de modo más claro la experiencia de este permanecer. Wunian significa estar en paz o satisfecho, llevado a la paz y permanecer en ella, Friede paz es lo libre, das Frye, fry significa ser cuidado. Freien (liberar) sería propiamente
cuidar.

 

‘Viajar encierra siempre un gran problema:
nos tenemos que llevar a nosotros mismos’
X. de Maistre

Habitar la elipse III

 

 Coordenadas de inicio:
                                                                                                                                     40.5086; -3.32333 mapa
Habitar la elipse
Trayecto en bus Madrid-Guadalajara, Guadalajara-Madrid.
Desplazamiento físico desde la estación de autobuses de Avenida de América hasta la estación de autobuses de Guadalajara, y viceversa.
Mapa conceptual:
  • Viajar ………………. ¿Los desplazamientos rutinarios/cotidianos son viajes?
  • Movimiento ……….¿Pensamiento nómada?
  • No-lugar ………….. ¿Las carreteras?
  • Paisaje ……….…. ¿Territorio, espacio, naturaleza, construcción cultural?
  • Mirada …………… ¿Identidad/cuerpo tecnosocial?
  • Ubicuidad ……….. ¿Internet/pantallas/cuerpo conectado/postcuerpo?
  • Deriva … ………… ¿Espacial, virtual, identitaria-liminar?
  • Periferia ……….….¿Marginalidad, antiestructura, liminalidad?
Habitar la elipse se presenta como un proyecto abierto, en construcción, que investiga desde, en y entre el concepto de movilidad contemporánea y el de identidad a través de la idea de deriva como una exploración múltiple de lo cotidiano, de lo infraordinario. Partiendo de una experiencia vivida-vital, representada por una suerte de muestra del diario vivir del  la artista-sujeto-objeto, la mirada asiste como continente y contenido del paisaje (que nos mira) que construimos y nos construye. El paisaje mismo es codificado en unidades simbólicas repletas de significado; la topografía de los paisajes culturales evidencia una sucesión transversal de ambientes socioculturales. La periferia de la ciudad nos habla de la homogeneización progresiva de los territorios. Los escombros, las ruinas y los espacios en venta y/o alquiler se nos aparecen estetizados como heridas postapocalípticas de las fallidas utopías modernas. Son espacios marginales que, supuestamente, no podrían definirse como lugar identitario, relacional o histórico, sino como no-lugar. Sin embargo, la carretera dibuja una red conectada de procesos, relaciones sociales, culturales y políticas, son subjetividades nómadas involucrando una jornada hacia y desde un sitio particular. Mediante una conciencia itinerante, podemos entender la identidad como algo esencialmente procesual, relacional como otredad, como periferia: descentrada y múltiple. Ello implica flexibilidad entre códigos y normas, un distanciamiento del discurso hegemónico para considerar la complejidad y generar, de manera experiencial e intersticial, espacios de encuentro, de relación y de significado, esto es, de historia viva.
De esta forma, al carácter espacio-temporal implícito de la deriva se le yuxtapone finalmente una suerte de deriva personal, de ruina identitaria en constante cambio, una deconstrucción del Yo y sus reflejos que, al margen de toda introspección, es analizada a través de la observación de los fenómenos tratados como cosas, datos independientes del sujeto que conoce, participa y observa.
Restringiendo el viaje al espacio físico comprendido entre las estaciones de autobuses de Guadalajara y Madrid (Avenida de América) visible desde la carretera N-II/E-90. La exploración consta de una serie de fases:
  1. Observación
    activa del paisaje a través de la ventanilla del bus durante cuatro
    meses aproximadamente, tomando notas y apuntes in situ.
  1. Visionado
    online, a modo de deriva virtual, de ese mismo recorrido mediante
    aplicaciones de mapas en la web privados (Google Maps) y públicos
    (OpenStreetMap).
  1. Recolección de datos del territorio en forma de trazas (ficheros en formato gpx que el navegador GPS almacena sobre la ruta) con la aplicación de móvil OSMTracker para Android.
  1. (Re)descubrimiento físico de fragmentos del paisaje, esto es, explorar a pie el territorio (marginal) adyacente a la carretera.

Observamos en la sociedad indicios de comportamiento peregrino, o similar, en este caso los desplazamientos diarios por la autovía E-90/N-II que, recordando la metáfora con la que Victor y Edith Turner se refieren a la peregrinación, constituyen caminos representados no ya por una línea entre un origen y un destino, sino por la figura de una elipse, donde se evidencia un camino de vuelta. El peregrinaje religioso libera, en cierta forma, al individuo de las restricciones obligatorias y diarias de su estatus y su rol, de la estructura social que todo lo simplifica y homogeneiza. Así como lo extrae de un tipo de tiempo a otro. Y es el tiempo el que trae y consolida la estructura. Pero existe otro entre la transición de estructura a estructura en los ritos de paso. Un intersticio abierto a nuevas posibilidades: la liminalidad, el escenario óptimo de las relaciones de communitas generadas espontáneamente entre seres humanos despojados de atributos estructurales, creando lo que podría llamarse antiestructura.

Remirando la noción de liminalidad, su condición periférica espacial resulta sugerente.
Así, para el peregrino que transita, generalmente a pie, esa elipse simbólica, el viaje constituye un retorno de pura posibilidad y también de liberación de la obligatoriedad (en el caso de la Iglesia, con la organización del sistema penitenciario el peregrinaje se estableció como penitencia) y las necesidades estructurales cotidianas: inicia su camino en un lugar familiar, avanza hacia un lugar lejano, a menudo periférico, y retorna, idealmente cambiado, a un lugar familiar. Mientras que para aquellos sujetos que realizan casi a diario el mismo viaje motorizado a través de la carretera N-II/E-90, la elipse es trazada desde un lugar familiar, avanzando hacia un lugar más o menos lejano y a la vez familiar (lugar de trabajo o estudio, etc.), atravesando espacios periféricos, y retorna al primero sin cambios trascendentales.

Podríamos, por tanto, hallar fenómenos liminales con rasgos antiestructurales quizás en ámbitos seculares, más allá del concepto de rito de paso de Van Gennep. En la literatura, tal y como apunta Victor Turner en “The Center out There: Pilgrim’s Goal”, 1973 History of Religions, en los numerosos cuentos de “búsqueda” o “caminatas”, en los que el héroe o la heroína emprende una larga jornada para averiguar quién es realmente por fuera de la estructura. (2001: Odisea en el espacio tiene algo de este carácter peregrino, con una “piedra negra” al estilo Kaaba en el espacio exterior, cerca de Júpiter, el más grande de los planetas periféricos).

OpenStreetMap

 

 

“OpenStreetMap (OSM) sigue un concepto similar a Wikipedia, pero para los mapas y otros datos geográficos (a pesar de su nombre, no significa que esté limitado solo a los nombres de las calles y carreteras). La gente, como usted y yo, recoge datos de lugares por todo el mundo usando una variedad de recursos que van desde los dispositivos GPS, fotografías aéreas de libre uso o simplemente del buen conocimiento de la zona porque vive allí. Esta información luego se sube a la base de datos central de OpenStreetMap desde donde más tarde puede modificarse, corregirse o enriquecerse por cualquiera que encuentre olvidos o errores en la zona.” Fuente ES:Beginners’ guide

Hay varias maneras de recolectar datos para OSM, por ejemplo, en forma de trazas, que son los ficheros en formato gpx que el navegador GPS almacena sobre la ruta que hemos seguido (pueden descargarse aplicaciones GPS para el móvil, como OSMTracker para Android). Los anteriores gifs muestran ejemplos de algunas de las trazas/tracks GPS públicas e identificables de mi cuenta 13rummer en OSM (aquí pueden explorarse los itinerarios). Pero también se puede, sin GPS, contribuir mediante Walking Papers.

En definitiva, este mapa abierto a la participación de toda aquella persona que quiera cartografiar, es una interesante iniciativa que ofrece herramientas y un servicio de datos de acceso y uso libre bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 2.0 (CC-BY-SA). Una alternativa a las aplicaciones de mapas en la web privados, como Google Maps, a tener muy en cuenta.