Empezar de cero


Con la colaboración de @asnucinuevosciudadanos @cnaae_ 
Realizado por vivianeogou y jesusminchon

"¿Qué pasaría si tu casa se quemara año tras año y tuvieras que empezar de cero? Esta es la realidad de los jornaleros migrantes de Lepe. Los conocidos como temporeros de la fresa, llevan años reclamando acceso a una vivienda digna. Cuentan con ingresos para alquilar, pero nadie quiere ceder sus propiedades. Todo ello les obliga a vivir en chabolas de palés y plástico que arden año tras año, dejándoles sin nada. EMPEZAR DE CERO es un documental que recoge esta realidad, y te presenta a @seydoudiopp, el jornalero senegalés que está construyendo el primer albergue autogestionado para los temporeros".

cuidado

La nueva normalidad* es la crisis aumentada de la normalidad vigente. Una normalidad que –recordando las recientes palabras de Naomi Klein–, ya era en sí misma una crisis.

«La nueva normalidad* es una expresión perversa». Alicia Aradilla, Socióloga especializada en neurolingüística.

(…)

-Peridista TVE: Uno de los cambios es que todo va a estar más limpio, en un sentido metafórico también…

-Alicia Aradilla: ¿Limpio en qué sentido? (…) ¿La Economía que se lava las manos?

(Fragmento de entrevista en Las mañanas de la 1, TVE. 6 de junio)

 

influenza

-Desde diciembre ya han pasado cuatro meses.

(DIALOGUE 3. VÉRONIQUE)

Lo que me hizo descubrir el marxismo-leninismo… al principio Nanterre me aburría porque es una facultad en mitad de los suburbios, pero poco a poco me di cuenta de que eso era la auténtica filosofía en un barrio obrero, que era el lugar más adecuado.

-¿Y viven todos juntos?

-Sí, nos han metido en las mismas jaulas para conejos que a los obreros, pero los conejos se multiplican… Y, por la mañana, cuando voy allí me cruzo con los hijos de los obreros argelinos y con los mecánicos de la Simca.

-¿Y se ven cada día?

-Sí, bueno, en fin, yo creía que me cruzaba con ellos, pero en realidad llevábamos el mismo camino, o sea que paramos en los mismos bares, nos bajamos a la misma hora en la misma estación, nos moja la misma lluvia, tenemos casi el mismo trabajo… Y entonces fue allí donde comprendí las tres desigualdades fundamentales de un régimen capitalista y, sobre todo, del régimen gaullista francés.

-¿Cuáles son?

-Pues bien, primero, indistinción entre trabajo intelectual y trabajo manual; segundo, entre campo y ciudad, en fin, y yo me doy cuenta constantemente con Yvonne… y tercero, entre agricultura e industria. Eso también me llevó a estudiar seriamente el marxismo-leninismo… bueno, “seriamente” quiere decir que si yo tuviera valor iría a dinamitar la Sorbona, el Louvre y la Comédie-Française.

21:50-23:23. La Chinoise, 1967. Jean Luc Godard.

Haut/Hide

Modernity brings along the search for evidence, fact and truth, and therefore the rationalization of society (Peet, 1998:194). This implies that the world can be categorized – hence, that the course of time and of life can be divided into meaningful stages or phases. Postmodernists, on the contrary, reject the idea of absolute truth and argue that there is no truth outside interpretation (Kitchin & Tate, 2000:16). According to Peet (1998:195), in postmodern philosophy, “modern reason is reinterpreted critically as a mode of social control which acts openly through disciplinary institutions, in more disguised forms through rational socialization and, most subtly, through rational self-discipline.” Hence, postmodern thinking is concerned with developing an attitude towards knowledge, methods and law-like truths (Kitchin & Tate, 2000:16). Liminality, in this sense, should be regarded as a political tool, an arbitrary method to categorize people; the meaning of which, in fact, exists only by the grace of the collectivity that has accepted the categories before and after the liminal stage.

 

Theoretically, thus, the concept of liminality has received a different, more critical meaning with the shift to postmodernism. However, this has not been the most important development. As postmodernists argue that truth is a matter of interpretation, ‘categories’ can be recognized in the eye of the beholder (that is, of the researcher). I intend to show that, as a result, researchers have added more and more ‘liminal stages’ to the average person’s course of life. In a sense, postmodernists may even argue that the whole of social life is a continuous liminal process. Along with the fact that several authors argue that life has become more and more complex and fragmentized (Castells, 2000:3; see also Walther & Stauber, 2002), with overlapping phases, daily routines, roles, etcetera, it becomes obvious that the concept’s interpretation may have broken somewhat adrift. It can be disputable if a situation that is labeled ‘liminal’ shows indeed characteristics of ‘original’ liminality, for example in regard of the ritual context of the concept.

Conceptualizing ‘in between-ness’
Master Thesis of Human Geography
Supervisor: Dr. H. van Houtum
Co-reviewer: Dr. O. Kramsch
Jasper Balduk
Nijmegen, June 2008

Durante los años que estudiaba en la universidad, el váter como lugar de asilo perdió importancia. En vez de él vinieron cada vez más edificios, espacios y lugares. Y en éstos ya no tenia que entrar físicamente. Por regla general bastaba simplemente con que viera «el objeto que necesitaba». Éste podía ser un cobertizo, en alguna parte, para guardar herramientas, la cochera de los tranvías, un autobús que había quedado vacío durante la noche, un búnker subterráneo, aunque estuviera medio destruido por un ataque de sabe Dios qué guerra. La misma función podían cumplir espacios que en realidad, por sí mismos, no eran propiamente tales: la simple vista del espacio vacío que había dejado una rampa, la rampa de carga de una lechería, de una empresa de transportes o simplemente cualquier otra rampa, podía anunciar un posible refugio o una zona donde retirarse, y a veces paneles de carteles de propaganda comercial o electoral convertidos en pirámides si no en verdaderos cobijos eran posibles lugares de permanencia donde uno imaginaba que podía estar a cubierto, sin mojarse y caliente, cuando menos más caliente y más en casa que fuera, al aire libre.

Peter Handke. Ensayo sobre el Lugar Silencioso, Pág. 41.

“Vamos a imaginar que nos perdemos en el desierto de Australia. Nos perdemos y preguntamos a un aborigen cómo se llega a nuestro destino. Este se quedará unos instantes pensando, recordando el camino exacto. Después nos mirará seguro de sí mismo y comenzará a cantar. Cuando acabe, probablemente le volveremos a preguntar.

-Muy bonita la canción, pero ¿podría indicarnos el camino?

El aborigen se marchará ofendido. En su canción estaba el camino”.

Bruce Chatwin. Los trazos de la canción.

Bridge

“The power of a country road when one is walking along it is different from the power it has when one is flying over it by airplane. In the same way, the power of a text when it is read is different from the power it has when it is copied out. The airplane passenger sees only how the road pushes through the landscape, how it unfolds according to the same laws as the terrain surrounding it. Only he who walks the road on foot learns the power it commands, and of how, from the very scenery that for the flier is only the unfurled plain, it calls forth distances, belvederes, clearings, prospects at each of its turns like a commander deploying soldiers at a front. Only the copied text thus commands the soul of him who is occupied with it, whereas the mere reader never discovers the new aspects of his inner self that are opened by the text, that road cut through the interior jungle forever closing behind it: because the reader follows the movement of his mind in the free flight of daydreaming, whereas the copier submits it to command. The Chinese practice of copying books was thus an incomparable guarantee of literary culture, and the transcript a key to China’s enigmas.”

Walter Benjamin’s, Chinese Curios from his essay One Way Street; p. 49.