Por una cultura libre

DSC01716 DSC01717

LA LUCHA QUE se libra ahora mismo se centra en dos ideas: «piratería» y «propiedad».
El método que sigo no es el habitual en un profesor universitario. No quiero sumergirte en un argumento complejo, reforzado por referencias a oscuros teóricos franceses —por muy natural que eso se haya vuelto para la clase de bichos raros en la que nos hemos convertido. En cada parte, más bien, comienzo con una colección de historias que dibujan el contexto dentro del cual se pueden comprender mejor estas ideas aparentemente sencillas.

EL DIECISIETE DE SEPTIEMBRE de 1903, en una playa de Carolina del Norte azotada por el viento, durante casi cien segundos, los hermanos Wright demostraron que un vehículo autopropulsado más pesado que el aire podía volar.
En la época en la que los hermanos Wright inventaron el aeroplano, las leyes estadounidenses mantenían que el dueño de una propiedad poseía presuntamente no sólo la superficie de sus tierras, sino todo lo que había por debajo hasta el centro de la tierra y todo el espacio por encima, en «una extensión indefinida hacia arriba». Durante muchos años, los estudiosos se habían roto la cabeza intentando entender la idea de que los derechos sobre la tierra llegaban a los cielos. ¿Quería eso decir que eras dueño de las estrellas? ¿Podías procesar a los gansos por allanamiento premeditado y repetido?

Dossier Artístico Digital: CC

Internet (sobre todo en su faceta de web 2.0) facilita la producción,
colaboración, intercambio y difusión horizontal de datos, información,
contenidos y conocimientos abiertos entre personas que comparten
intereses comunes, fomentándose una cultura de la participación, así
como la creación y desarrollo de bienes comunes de información. En este contexto, y siendo como somos además, potenciales productores de cultura, la tendencia hacia lo abierto, conocido como open access/free culture, (software libre, hardware libre, ciencia
abierta, educación abierta, recursos
educativos abiertos, plataformas colaborativas, etc…) no puedo resultarnos ajena. Así pues, surge la duda sobre cómo poner licencias Creative Commons a obras digitales; siendo algo tan fácil y rápido como hacer un par de clicks para ir elegiendo las características de la licencia que queramos. Y en apenas unos minutos se obtiene algo así:
El sillón de acero: La Guerra Fría cultural by Bárbara Prummer Arabaolaza is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Licencia de Creative Commons