Habitar la elipse III

 

 Coordenadas de inicio:
                                                                                                                                     40.5086; -3.32333 mapa
Habitar la elipse
Trayecto en bus Madrid-Guadalajara, Guadalajara-Madrid.
Desplazamiento físico desde la estación de autobuses de Avenida de América hasta la estación de autobuses de Guadalajara, y viceversa.
Mapa conceptual:
  • Viajar ………………. ¿Los desplazamientos rutinarios/cotidianos son viajes?
  • Movimiento ……….¿Pensamiento nómada?
  • No-lugar ………….. ¿Las carreteras?
  • Paisaje ……….…. ¿Territorio, espacio, naturaleza, construcción cultural?
  • Mirada …………… ¿Identidad/cuerpo tecnosocial?
  • Ubicuidad ……….. ¿Internet/pantallas/cuerpo conectado/postcuerpo?
  • Deriva … ………… ¿Espacial, virtual, identitaria-liminar?
  • Periferia ……….….¿Marginalidad, antiestructura, liminalidad?
Habitar la elipse se presenta como un proyecto abierto, en construcción, que investiga desde, en y entre el concepto de movilidad contemporánea y el de identidad a través de la idea de deriva como una exploración múltiple de lo cotidiano, de lo infraordinario. Partiendo de una experiencia vivida-vital, representada por una suerte de muestra del diario vivir del  la artista-sujeto-objeto, la mirada asiste como continente y contenido del paisaje (que nos mira) que construimos y nos construye. El paisaje mismo es codificado en unidades simbólicas repletas de significado; la topografía de los paisajes culturales evidencia una sucesión transversal de ambientes socioculturales. La periferia de la ciudad nos habla de la homogeneización progresiva de los territorios. Los escombros, las ruinas y los espacios en venta y/o alquiler se nos aparecen estetizados como heridas postapocalípticas de las fallidas utopías modernas. Son espacios marginales que, supuestamente, no podrían definirse como lugar identitario, relacional o histórico, sino como no-lugar. Sin embargo, la carretera dibuja una red conectada de procesos, relaciones sociales, culturales y políticas, son subjetividades nómadas involucrando una jornada hacia y desde un sitio particular. Mediante una conciencia itinerante, podemos entender la identidad como algo esencialmente procesual, relacional como otredad, como periferia: descentrada y múltiple. Ello implica flexibilidad entre códigos y normas, un distanciamiento del discurso hegemónico para considerar la complejidad y generar, de manera experiencial e intersticial, espacios de encuentro, de relación y de significado, esto es, de historia viva.
De esta forma, al carácter espacio-temporal implícito de la deriva se le yuxtapone finalmente una suerte de deriva personal, de ruina identitaria en constante cambio, una deconstrucción del Yo y sus reflejos que, al margen de toda introspección, es analizada a través de la observación de los fenómenos tratados como cosas, datos independientes del sujeto que conoce, participa y observa.
Restringiendo el viaje al espacio físico comprendido entre las estaciones de autobuses de Guadalajara y Madrid (Avenida de América) visible desde la carretera N-II/E-90. La exploración consta de una serie de fases:
  1. Observación
    activa del paisaje a través de la ventanilla del bus durante cuatro
    meses aproximadamente, tomando notas y apuntes in situ.
  1. Visionado
    online, a modo de deriva virtual, de ese mismo recorrido mediante
    aplicaciones de mapas en la web privados (Google Maps) y públicos
    (OpenStreetMap).
  1. Recolección de datos del territorio en forma de trazas (ficheros en formato gpx que el navegador GPS almacena sobre la ruta) con la aplicación de móvil OSMTracker para Android.
  1. (Re)descubrimiento físico de fragmentos del paisaje, esto es, explorar a pie el territorio (marginal) adyacente a la carretera.

Observamos en la sociedad indicios de comportamiento peregrino, o similar, en este caso los desplazamientos diarios por la autovía E-90/N-II que, recordando la metáfora con la que Victor y Edith Turner se refieren a la peregrinación, constituyen caminos representados no ya por una línea entre un origen y un destino, sino por la figura de una elipse, donde se evidencia un camino de vuelta. El peregrinaje religioso libera, en cierta forma, al individuo de las restricciones obligatorias y diarias de su estatus y su rol, de la estructura social que todo lo simplifica y homogeneiza. Así como lo extrae de un tipo de tiempo a otro. Y es el tiempo el que trae y consolida la estructura. Pero existe otro entre la transición de estructura a estructura en los ritos de paso. Un intersticio abierto a nuevas posibilidades: la liminalidad, el escenario óptimo de las relaciones de communitas generadas espontáneamente entre seres humanos despojados de atributos estructurales, creando lo que podría llamarse antiestructura.

Remirando la noción de liminalidad, su condición periférica espacial resulta sugerente.
Así, para el peregrino que transita, generalmente a pie, esa elipse simbólica, el viaje constituye un retorno de pura posibilidad y también de liberación de la obligatoriedad (en el caso de la Iglesia, con la organización del sistema penitenciario el peregrinaje se estableció como penitencia) y las necesidades estructurales cotidianas: inicia su camino en un lugar familiar, avanza hacia un lugar lejano, a menudo periférico, y retorna, idealmente cambiado, a un lugar familiar. Mientras que para aquellos sujetos que realizan casi a diario el mismo viaje motorizado a través de la carretera N-II/E-90, la elipse es trazada desde un lugar familiar, avanzando hacia un lugar más o menos lejano y a la vez familiar (lugar de trabajo o estudio, etc.), atravesando espacios periféricos, y retorna al primero sin cambios trascendentales.

Podríamos, por tanto, hallar fenómenos liminales con rasgos antiestructurales quizás en ámbitos seculares, más allá del concepto de rito de paso de Van Gennep. En la literatura, tal y como apunta Victor Turner en “The Center out There: Pilgrim’s Goal”, 1973 History of Religions, en los numerosos cuentos de “búsqueda” o “caminatas”, en los que el héroe o la heroína emprende una larga jornada para averiguar quién es realmente por fuera de la estructura. (2001: Odisea en el espacio tiene algo de este carácter peregrino, con una “piedra negra” al estilo Kaaba en el espacio exterior, cerca de Júpiter, el más grande de los planetas periféricos).

OpenStreetMap

 

 

“OpenStreetMap (OSM) sigue un concepto similar a Wikipedia, pero para los mapas y otros datos geográficos (a pesar de su nombre, no significa que esté limitado solo a los nombres de las calles y carreteras). La gente, como usted y yo, recoge datos de lugares por todo el mundo usando una variedad de recursos que van desde los dispositivos GPS, fotografías aéreas de libre uso o simplemente del buen conocimiento de la zona porque vive allí. Esta información luego se sube a la base de datos central de OpenStreetMap desde donde más tarde puede modificarse, corregirse o enriquecerse por cualquiera que encuentre olvidos o errores en la zona.” Fuente ES:Beginners’ guide

Hay varias maneras de recolectar datos para OSM, por ejemplo, en forma de trazas, que son los ficheros en formato gpx que el navegador GPS almacena sobre la ruta que hemos seguido (pueden descargarse aplicaciones GPS para el móvil, como OSMTracker para Android). Los anteriores gifs muestran ejemplos de algunas de las trazas/tracks GPS públicas e identificables de mi cuenta 13rummer en OSM (aquí pueden explorarse los itinerarios). Pero también se puede, sin GPS, contribuir mediante Walking Papers.

En definitiva, este mapa abierto a la participación de toda aquella persona que quiera cartografiar, es una interesante iniciativa que ofrece herramientas y un servicio de datos de acceso y uso libre bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 2.0 (CC-BY-SA). Una alternativa a las aplicaciones de mapas en la web privados, como Google Maps, a tener muy en cuenta.

El show de Truman (1998)

“Truman Burbank es un hombre corriente y algo ingenuo que ha vivido toda
su vida en uno de esos pueblos donde nunca pasa nada. Sin embargo, de
repente, unos extraños sucesos le hacen sospechar que algo anormal está
ocurriendo. Todos sus amigos son actores, toda su ciudad es un plató,
toda su vida está siendo filmada y emitida como el reality más ambicioso
de la historia.” Película online.

Bowie y el pájaro azul

David Bowie, como siempre a su artística y peculiar manera, ya nos avisó con su último álbum Blackstar de lo que iba a suceder, haciendo de la vida, sobre todo de la enfermedad y la muerte, temas centrales de sus últimas canciones. Así, a los 69 años, el pájaro azul (referencia a un poema de Bukowski) como menciona en la letra de esta canción, al fin ha volado libre…
There’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I’m too tough for him,
I say, stay in there, I’m not going
to let anybody see
you.
there’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I pour whiskey on him and inhale
cigarette smoke
and the whores and the bartenders
and the grocery clerks
never know that
he’s
in there.

there’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I’m too tough for him,
I say,
stay down, do you want to mess
me up?
you want to screw up the
works?
you want to blow my book sales in
Europe?
there’s a bluebird in my heart that
wants to get out
but I’m too clever, I only let him out
at night sometimes
when everybody’s asleep.
I say, I know that you’re there,
so don’t be
sad.
then I put him back,
but he’s singing a little
in there, I haven’t quite let him
die
and we sleep together like
that
with our
secret pact
and it’s nice enough to
make a man
weep, but I don’t
weep, do
you? 

Le droit à la paresse

El derecho a la pereza es un ensayo habitualmente considerado utópico del autor francocubano Paul Lafargue, su primer trabajo teórico, redactado en Inglaterra en 1880 para su primera publicación en el diario L’Egalité y posteriormente, como folleto 1883.
En la obra, Lafargue realiza una critica marxista del sistema económico nacido del capitalismo, cuyo desarrollo, concluye, desembocaría en una crisis de superproducción, causa de paro y miseria entre la clase trabajadora. Ensalzando el ocio, Lafargue propone la revolución social y la consagración de nuestro tiempo personal a las ciencias, el arte y la satisfacción de las
necesidades espirituales. (Fuente)
“Una extraña pasión invade a las clases obreras de los países en que reina la civilización capitalista: una pasión que en la sociedad moderna tiene por consecuencia las miserias individuales y sociales que desde hace dos siglos torturan a la triste Humanidad. Esa pasión es el amor al trabajo, el furibundo frenesí del trabajo, llevado hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de su progenitura. En vez de reaccionar contra esa aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas han sacrosantificado el trabajo. Hombres ciegos y de limitada inteligencia han querido ser más sabios que su Dios; seres débiles y detestables, han pretendido rehabilitar lo que su Dios ha maldecido. Yo, que afirmo no ser cristiano, ni economista, ni moralista, hago apelación frente a su juicio al de su Dios, frente a las prescripciones de su moral religiosa, económica o librepensadora, a las espantosas consecuencias del trabajo en la sociedad capitalista.”      [Lafargue, 1980, 117]
Según Lafargue, el sermón de la montaña de Cristo es uno de los pri- meros manifiestos a favor de la pereza: “Contemplad cómo crecen los lirios de los campos; ellos no trabajan, ni hilan, y sin embargo, yo os lo digo, Salomón, en toda su gloria, no estuvo más espléndidamente vestido” (Evangelio según San Mateo, capítulo VI, 28). Jehová mismo, aquel “Dios barbudo y áspero” dio a sus adoradores el supremo ejemplo de la pereza ideal: “Después de seis días de trabajo se entregó al reposo por toda la eternidad” (Lafargue, 1980, 120).
Javier Krahe regalaba con su último disco "Las diez de últimas", este mismo libro...